JORNADA SEGUNDA (FINAL)
CUADRO IV
(Salen DON MENDO y NUÑO, herido.)
DON MENDO.
¿ Es algo, Nuño, la herida?
NUÑO.
Aunque fuera menor, fuera
de mí muy mal recibida,
y mucho más que quisiera. 1400
DON MENDO.
Yo no he tenido en mi vida
mayor pena ni tristeza.
NUÑO.
Yo tampoco.
DON MENDO.
Que me enoje
es justo. ¿Que su fiereza
luego te dio en la cabeza? 1405
NUÑO.
Todo este lado me coge. (Tocan.)
DON MENDO.
¿Qué es esto?
NUÑO.
La compañía,
que hoy se va.
DON MENDO.
Y es dicha mía,
pues con esto cesarán
los celos del Capitán. 1410
(Salen el CAPITÁN y el SARGENTO.)
CAPITÁN.
Sargento, vaya marchando
antes que decline el día
con toda la compañía,
y con prevención que, cuando 1415
se esconda en la espuma fría
del océano español
ese luciente farol,
en ese monte le espero,
porque hallar mi vida quiero 1420
hoy en la muerte del sol.
SARGENTO. (Aparte al CAPITÁN.)
Calla, que está aquí una figura
del lugar.
DON MENDO. (Aparte a NUÑO.)
Pasar procura,
sin que entiendan mi tristeza.
No muestres, Nuño, flaqueza. 1425
NUÑO
¿Puedo yo mostrar gordura?
(Vanse DON MENDO y NUÑO.)
CAPITÁN.
Yo he de volver al lugar
porque tengo prevenida
a una crïada, a mirar
si puedo por dicha hablar 1430
a aquesta hermosa homicida.
Dádivas han granjeado
que apadrine mi cuidado.
SARGENTO.
Pues, señor, si has de volver,
mira que habrás menester 1435
volver bien acompañado;
porque al fin no hay que fiar
de villanos.
CAPITÁN.
Ya lo sé.
Algunos puedes nombrar
que vuelvan conmigo.
SARGENTO.
Haré 1440
cuanto me quieras mandar.
Pero, ¿ si acaso volviese
don Lope y te conociese
al volver...?
CAPITÁN.
Ese temor,
quiso también que perdiese 1445
en esta parte mi amor;
que don Lope se ha de ir
hoy también a prevenir
todo el tercio a Guadalupe;
que todo lo dicho supe, 1450
yéndome ahora a despedir
dél; porque ya el Rey vendrá,
que puesto en camino está.
SARGENTO.
Voy, señor, a obedecerte. (Vase.)
CAPITÁN.
Que me va la vida advierte. 1455
(Salen REBOLLEDO y la CHISPA.)
REBOLLEDO.
Señor, albricias me da.
CAPITÁN.
¿De qué han de ser, Rebolledo?
REBOLLEDO.
Muy bien merecerlas puedo,
pues solamente te digo...
CAPITÁN.
¿Qué?
REBOLLEDO
.... que ya hay un enemigo 1460
menos a quien tener miedo.
CAPITÁN.
¿Quién es? Dilo presto.
REBOLLEDO.
Aquel
mozo, hermano de Isabel.
Don Lope se lo pidió
al padre, y él se lo dio, 1465
y va a la guerra con él.
En la calle le he topado
muy galán, muy alentado,
mezclando a un tiempo, señor,
rezagos de labrador 1470
con primicias de soldado;
de suerte que el viejo es ya
quien pesadumbre nos da.
CAPITÁN.
Todo nos sucede bien,
y más si me ayuda quien 1475
esta esperanza me da
de que esta noche podré
hablarla.
REBOLLEDO.
No pongas duda.
CAPITÁN.
Del camino volveré
que agora es razón que acuda 1480
a la gente que se ve
ya marchar. Los dos seréis
los que conmigo vendréis. (Vase.)
REBOLLEDO.
Pocos somos, vive Dios,
aunque vengan otros dos, 1485
otros cuatro y otros seis.
CHISPA.
Y yo, si tú has de volver,
allá, ¿qué tengo de hacer?
Pues no estoy segura yo,
si da conmigo el que dio 1490
al barbero que coser.
REBOLLEDO.
No sé qué he de hacer de ti,
¿no tendrás ánimo, di,
de acompañarme?
CHISPA.
¿Pues no?
Vestido no tengo yo; 1495
ánimo y esfuerzo, sí.
REBOLLEDO.
Vestido no faltará
que ahí otro del paje está
de jineta, que se fue.
CHISPA.
Pues yo plaza pasaré 1500
por él.
REBOLLEDO.
Vamos, que se va
la bandera.
CHISPA.
Y yo veo agora
por qué en el mundo he cantado
que el amor del soldado
no dura una hora. (Vanse.) 1505
CUADRO V
(Salen DON LOPE, CRESPO Y JUAN.)
DON LOPE.
A muchas cosas os soy
en extremo agradecido;
pero sobre todas, ésta
de darme hoy a vuestro hijo
para soldado, en el alma 1510
os la agradezco y estimo.
CRESPO.
Yo os le doy para criado
DON LOPE.
Yo os le llevo para amigo;
que me ha inclinado en extremo
su desenfado y su brío, 1515
y la afición a las armas.
JUAN.
Siempre a vuestros pies rendido
me tendréis, y vos veréis
de la manera que os sirvo,
procurando obedeceros 1520
en todo.
CRESPO.
Lo que os suplico
es que perdonéis, señor,
si no acertare a serviros,
porque en el rústico estudio,
adonde rejas y trillos, 1525
palas, azadas y bielgos
son nuestros mejores libros,
no habrá podido aprender
lo que en los palacios ricos
enseña la urbanidad 1530
política de los siglos.
DON LOPE.
Ya que va perdiendo el sol
la fuerza, irme determino.
JUAN.
Veré si viene, señor,
la litera. (Vase.)
(Salen INÉS e ISABEL.)
ISABEL.
¿Y es bien iros, 1535
sin despediros de quien
tanto desea serviros?
DON LOPE.
No me fuera sin besaros
las manos y sin pediros
que liberal perdonéis 1540
un atrevimiento digno
de perdón, porque no el precio
hace el don, sino el servicio.
Esta venera, que aunque
está de diamantes ricos 1545
guarnecida, llega pobre
a vuestras manos, suplico
que la toméis y traigáis
por patena, en nombre mío.
ISABEL.
Mucho siento que penséis 1550
con tan generoso indicio,
que pagáis el hospedaje,
pues de honra que recibimos,
somos los deudores.
DON LOPE. Esto
no es paga, sino cariño. 1555
ISABEL.
Por cariño, y no por paga,
solamente la recibo.
A mi hermano os encomiendo,
ya que tan dichoso ha sido
que merece ir por criado 1560
vuestro.
DON LOPE.
Otra vez os afirmo
que podéis descuidar dél;
que va, señora, conmigo.
(Sale JUAN.)
JUAN.
Ya está la litera puesta.
DON LOPE.
Con Dios os quedad.
CRESPO.
Él mismo 1565
os guarde.
DON LOPE.
¡Ah, buen Pedro Crespo!
CRESPO.
¡Oh, señor don Lope invicto!
DON LOPE.
¿Quién os dijera aquel día
primero que aquí nos vimos,
que habíamos de quedar 1570
para siempre tan amigos?
CRESPO.
Yo lo dijera, señor,
si allí supiera, al oíros,
que erais...
DON LOPE.
Decid, por mi vida.
CRESPO
... loco de tan buen capricho. 1575
(Vase DON LOPE.)
CRESPO.
En tanto que se acomoda
el señor don Lope, hijo,
ante tu prima y tu hermana
escucha lo que te digo.
Por la gracia de Dios, Juan, 1580
eres de linaje limpio
más que el sol, pero villano;
lo uno y lo otro te digo,
aquello, porque no humilles
tanto tu orgullo y tu brío, 1585
que dejes, desconfiado,
de aspirar con cuerdo arbitrio
a ser más; lo otro, porque
no vengas, desvanecido
a ser menos; igualmente 1590
usa de entrambos disinios
con humildad, porque siendo
humilde, con recto juicio
acordarás lo mejor;
y como tal, en olvido 1595
pondrás cosas que suceden
al revés en los altivos.
Cuántos, teniendo en el mundo
algún defeto consigo,
le han borrado por humildes. 1600
¡Y cuántos, que no han tenido
defeto, se le han hallado,
por estar ellos mal vistos!
Sé cortés sobremanera,
sé liberal y partido; 1605
que el sombrero y el dinero
son los que hacen los amigos;
y no vale tanto el oro
que el sol engendra en el indio
suelo y que consume el mar, 1610
como se uno bienquisto.
No hables mal de las mujeres;
la más humilde te digo
que es digna de estimación,
porque, al fin, dellas nacimos. 1615
No riñas por cualquier cosa;
que cuando en los pueblos miro
muchos que a reñir se enseñan,
mil veces entre mí digo:
"Aquesta escuela no es 1620
la que ha de ser", pues colijo
que no ha de enseñarle a un hombre
con destreza, gala y brío
a reñir, sino a por qué
ha de reñir, que yo afirmo 1625
que si hubiera un maestro solo
que enseñara prevenido,
no el cómo, el por qué se riña,
todos le dieran sus hijos.
Con esto, y con el dinero 1630
que llevas para el camino,
y para hacer, en llegando,
de asiento, un par de vestidos,
al amparo de don Lope
y mi bendición, yo fío 1635
en Dios que tengo de verte
en otro puesto. Adiós, hijo:
que me enternezco en hablarte.
JUAN.
Hoy tus razones imprimo
en el corazón, adonde 1640
vivirán, mientras yo vivo.
Dame tu mano, y tú, hermana,
los brazos; que ya ha partido
don Lope, mi señor, y es
fuerza alcanzarlo.
ISABEL.
Los míos 1645
bien quisieran detenerte.
JUAN.
Prima, adiós.
INÉS.
Nada te digo
con la voz, porque los ojos
hurtan a la voz su oficio.
Adiós.
CRESPO.
Ea, vete presto; 1650
que cada vez que te miro,
siento más el que te vayas;
y ha de ser, porque lo he dicho.
JUAN.
El cielo con todos quede.
CRESPO.
El cielo vaya contigo. 1655
(Vase JUAN.)
ISABEL.
¡Notable crueldad has hecho!
CRESPO.
(Aparte. Agora que no le miro,
hablaré más consolado.)
¿Qué había de hacer conmigo
sino ser toda su vida 1660
un holgazán, un perdido?
Váyase a servir al Rey.
ISABEL.
Que de noche haya salido,
me pesa a mí.
CRESPO.
Caminar
de noche por el estío 1665
antes es comodidad
que fatiga, y es preciso
que a don Lope alcance luego
al instante. (Aparte. Enternecido
me deja, cierto, el muchacho, 1670
aunque en público me animo.)
ISABEL.
Éntrate, señor, en casa.
INÉS.
Pues sin soldados vivimos,
estémonos otro poco
gozando a la puerta el frío 1675
viento que corre; que luego
saldrán por ahí los vecinos.
CRESPO.
(Aparte. A la verdad no entro dentro,
porque desde aquí imagino,
como el camino blanquea, 1680
que veo a Juan en el camino.)
Inés, sácame a esta puerta
asiento.
INÉS.
Aquí está un banquillo.
ISABEL.
Esta tarde diz que ha hecho
la villa elección de oficios. 1685
CRESPO.
Siempre aquí por el agosto
se hace. (Siéntanse.)
(Salen el CAPITÁN, REBOLLEDO, la CHISPA y SOLDADOS.)
CAPITÁN. (Aparte a los suyos.)
Pisad sin rüido.
Llega, Rebolledo, tú,
y da a la crïada aviso
de que ya estoy en la calle. 1690
REBOLLEDO.
Yo voy. Mas ¡qué es lo que miro!
A su puerta hay gente.
SARGENTO.
Y yo
en los reflejos y visos
que la luna hace en el rostro,
que es Isabel, imagino, 1695
ésta.
CAPITÁN.
Ella es; más que la luna,
el corazón me lo ha dicho.
A buena ocasión llegamos.
Si, ya que una vez venimos,
nos atrevemos a todo, 1700
buena venida habrá sido.
SARGENTO.
¿Estás para oír un consejo?
CAPITÁN.
No.
SARGENTO.
Pues ya no te le digo.
Intenta lo que quisieres.
CAPITÁN.
Yo he de llegar, y atrevido 1705
quitar a Isabel de allí.
Vosotros a un tiempo mismo
impedid a cuchilladas
el que me sigan.
SARGENTO.
Contigo
venimos y a tu orden hemos 1710
de estar.
CAPITÁN.
Advertid que el sitio
en que habemos de juntarnos
es ese monte vecino,
que está a la mano derecha,
como salen del camino. 1715
REBOLLEDO.
Chispa.
CHISPA.
¿Qué?
REBOLLEDO.
Ten esas capas.
CHISPA.
Que es del reñir, imagino,
la gala el guardar la ropa,
aunque del nadar se dijo.
CAPITÁN.
Yo he de llegar el primero. 1720
CRESPO.
Harto hemos gozado el sitio.
Entrémonos allá dentro.
CAPITÁN. (Aparte a los suyos.)
Ya es tiempo; llegad, amigos.
(Lléganse a los tres; detienen a CRESPO y a INÉS y se apoderan de ISABEL.)
ISABEL.
¡Ah, traidor!¿Señor, qué es esto?
CAPITÁN.
Es una furia, un delirio 1725
de amor. (Llévala.)
ISABEL.
(Dentro.) ¡Ah, traidor! Señor!
CRESPO.
¡Ah, cobardes!
ISABEL.
(Dentro.) ¡Padre mío!
INÉS.
(Aparte.)Yo quiero aquí retirarme. (Vase.)
CRESPO.
¡Cómo echáis de ver, ah, impíos,
que estoy sin espada, aleves, 1730
falsos y traidores!
REBOLLEDO.
Idos,
si no queréis que la muerte
sea el último castigo.
CRESPO.
¡Qué importará, si está muerto
mi honor, el quedar yo vivo! 1735
¡Ah, quién tuviera una espada!
Cuando sin armas te sigo,
es imposible; y si, airado,
a ir por ella me animo,
los he de perder de vista. 1740
¿Qué he de hacer, hados esquivos?
Que de cualquiera manera
es uno solo el peligro.
(Sale INÉS con una espada.)
INÉS.
Ésta, señor, es tu espada.
CRESPO.
A buen tiempo la has traído. 1745
Ya tengo honra, pues ya tengo
espada con que seguirlos.
Soltad la presa, traidores,
cobardes, que habéis cogido;
que he de cobrarla, o la vida 1750
he de perder. (Riñen.)
SARGENTO.
Vano ha sido
tu intento, que somos muchos.
CRESPO.
Mis males son infinitos,
y riñen todos por mí. (Cae.)
Pero la tierra que piso 1755
me ha faltado.
REBOLLEDO.
Dale muerte.
SARGENTO.
Mirad que es rigor impío
quitar vida y honor.
Mejor es en lo escondido
del monte dejarle atado, 1760
porque no lleve el aviso.
ISABEL.(Dentro.)
¡Padre y señor!
CRESPO.
¡ Hija mía!
REBOLLEDO.
Retírale como has dicho.
CRESPO.
Hija, solamente puedo
seguirte con mis suspiros. (Llévanle.) 1765
ISABEL.(Dentro.)
¡Ay de mí!
(Sale JUAN.)
JUAN.
¡Qué triste voz!
CRESPO.(Dentro.)
¡Ay de mí!
JUAN.
¡Mortal gemido!
A la entrada de ese monte
cayó mi rocín conmigo,
veloz corriendo, y yo ciego 1770
por la maleza le sigo.
Tristes voces a una parte,
y a otra míseros gemidos
escucho que no conozco,
porque llegan mal distintos. 1775
Dos necesidades son
las que apellidan a gritos
mi valor; y pues iguales
a mi parecer han sido,
y uno es hombre, otro mujer, 1780
a seguir ésta me animo;
que así obedezco a mi padre
en dos cosas que me dijo:
"Reñir con buena ocasión,
y honrar la mujer", pues miro 1785
que así honro a la mujer
y con buena ocasión riño. (Vase.)